Por dispensar el contacto físico, las puertas
automáticas evitan la transmisión de una serie de enfermedades.
Eso hace con que sean prácticamente un ítem
obligatorio en ambientes públicos o de gran circulación, como Aeropuertos,
Terminales de autobuses, Shopping Centers, Supermercados, Instituciones de Enseñanza
y Hospitales.